¿Qué debes comprobar antes de contratar a un animador infantil?
Aunque te llamen mucho la atención, no son ni los disfraces ni el maquillaje ni nada parecido, sino el trabajo previo de cada animador. Piensa que la fiesta de su Primera Comunión o cumpleaños de tu hijo/a son días muy especiales y que quien vaya a animarlos debe estar a la altura. Solicita algún vídeo e imágenes para conocer al animador y qué tipo de espectáculo se va a representar.
Otro aspecto importante es buscar en Google y en otros foros de opinión qué opinan los clientes anteriores del servicio recibido. Completa la información con lo escrito en las redes sociales. Seguro que te haces una idea más aproximada de la calidad del servicio final.
Tras estos dos pasos, entramos en materia. Tienes derecho a exigir que quien vaya a tu fiesta no sea un animador de tiempo libre disfrazado de mago o de payaso, solicita su nombre y formación. No basta con hacer figuras con globos o con aprender tres o cuatro trucos. Aquí está la clave del éxito.
Si te ofrecen un servicio de mago, pide referencias y varios vídeos. Y de los magos a las grandes estrellas de las fiestas infantiles: los payasos. ¿Es suficiente con pintarse la cara y ponerse una ropa estrafalaria para ser un payaso? No.
De hecho, en cualquier escuela de teatro se ofrecen clases de clown y se considera una disciplina aparte que conlleva un dominio escénico y una preparación concreta. Los juegos y las canciones de siempre no son suficientes. Hay que aportar algo más que implique a los niños en la representación y que los convierta en una parte activa de la fiesta.
¿Cómo identificar a una empresa fiable?
Hay algunas recomendaciones esenciales que te ayudan a identificarla. Recuerda que las empresas más aconsejables son las que te ofrecen una atención y asesoramiento personalizado. Tienes el derecho a conocer quién es el responsable de la empresa y por quien está formado el equipo de trabajo.
Además, lo barato sale caro y no evita que los niños terminen por aburrirse o, lo que es peor, por acaparar el protagonismo de la fiesta de la celebración de la primera comunión al no ser capaces los animadores contratados de controlarlos o de mantener su interés.
En nuestro caso, tenemos muy claro que nuestro público se merece un respeto y ha de ver algo digno, ensayado, trabajado y totalmente distinto a lo que se suele ofrecer en el sector. La última decisión es tuya, pero si quieres que la fiesta infantil que organices sea inolvidable, apuesta por la experiencia.
No olvides que un animador puede ser actor, mago, payaso y todo aquello que le permite su formación previa. Todo sea por contentar a los más pequeños y por ser espectador/a de un trabajo que te sorprenderá desde el primer momento.